viernes, 16 de noviembre de 2012

Ensayo sobre el cinismo . . .


Ensayo sobre el cinismo . . .                                                               DelsioEvarGamboa

 

Oscar Raúl Aguad . . . ¡Corrientes te va a juzgar!

Con la inquietud de conocer quién es quién en la política argentina, es bueno revisar algunos antecedentes de los representantes que se supo conseguir. En este caso y por méritos bien ganados, a la derecha de su pantalla señora como corresponde y el uso aconseja, los del radical Oscar Raúl Aguad. Para empezar recordamos muy bien que este ex ministro de gobierno de Ramón Mestre en Córdoba, fue el artífice de un recorte salvaje del 30% a los salarios de estatales y jubilados que ya venían congelados desde el inicio de la convertibilidad en 1991. También, que con la retrógrada “reforma educativa” que se impuso, movilizó una protesta con más de 50 mil docentes cordobeses en las calles mientras su jefe Mestre vacacionaba en Moscú.

Sin olvidar los cierres de las salitas de 4; de las escuelas rurales; las escuelas técnicas y de arte;  los cierres compulsivos de hospitales en toda la provincia. El inhumano desalojo del Hospital Misericordia, con policías apaleando a médicos, enfermeras y pacientes por los pasillos; el cierre del Banco Social, dejando cientos de empleados en la calle sin pagarles un peso; la clausura de la Cervecería Córdoba con el Grupo de tareas ETER entrando en la madrugada a la empresa tomada para reprimir a los trabajadores como si fueran delincuentes; la detención sistemática de los delegados del SEP y de judiciales; las órdenes de captura a dirigentes de Luz y Fuerza; el permanente apriete a los organismos de Derechos Humanos de la provincia; los teléfonos pinchados en las redacciones de los medios gráficos y las distintas operaciones de “inteligencia” que denunciaban complots que sólo existían en la mente del gobernador y su ladero, son algunas de las perlitas que nuestro hombre atesora en su derechoso prontuario.

Ahora bien. Aguad lle­gó a Co­rrien­tes en 1999 de la ma­no de Ra­món Mes­tre, éste como interventor Federal por or­den del en­ton­ces pre­si­den­te Fer­nan­do de la Rúa, quien lue­go compartió con el que fuera su mi­nis­tro del In­te­rior, la cau­sa ju­di­cial por la re­pre­sión del 19 y 20 de di­ciem­bre de 2001 en Plaza de Mayo, donde fueron asesinadas 36 personas mientras el “Chupete” se montaba al helicóptero blanco. . .

Aguad es designado por Mestre interventor en la Municipalidad de la ciudad de Corrientes. En tal carácter, toma un crédito por 60 millones de dólares, de los cuales se desconoce a qué bolsillos fueron a parar, razón por la que se encuentra procesado y por ahora a salvo gracias a sus fueros legislativos a los que se aferra con uñas y dientes.

El millona­rio prés­ta­mo le fue fue­ con­ce­di­do por el Ban­co de la Na­ción Ar­gen­ti­na en agos­to del 2000 y de­po­si­ta­do en oc­tu­bre del 2000 en una cuen­ta de la pro­vin­cia, que res­pal­da­ría la ope­ra­ción con ga­ran­tía de la co­par­ti­ci­pa­ción fe­de­ral, y el que, se­gún la in­ves­ti­ga­ción judicial, nun­ca fue contabilizado.   
En ese contexto, la Jus­ti­cia lo in­ves­ti­ga. También a los fun­cio­na­rios que intervinie­ron en la operatoria: Ra­món Dar­wich, ex mi­nis­tro de Ha­cien­da de la in­ter­ven­ción fe­de­ral, y Fi­dias Mitridia­tes Sanz, ex se­cre­ta­rio de Ha­cien­da mu­ni­ci­pal.

Entre sus polémicas declaraciones siempre impregnadas de alardosa pedantería, se destacó su pública confesión de que jamás se sacaría una foto con Néstor Kirchner porque él es muy escrupuloso al elegir con quienes se fotografía. Corroboramos que es muy cierto su especial prurito en ese sentido, al encontrar un documento donde demuestra su coherencia: nada más y nada menos que posando para la posteridad junto al gran coleccionador de cadenas perpetuas: el genocida Luciano Benjamín Menéndez. Evidentemente hay que portar mucha desvergüenza para intentar hacer creer que la hipocresía puede servir de bandera, siendo escudo.

Fue en un acto en el Tercer Cuerpo de Ejército en plena democracia, donde se lo ve junto a ese  asesino serial. También, al ex Gobernador de Córdoba, Ramón Mestre, al ex Vicegobernador Luis Molinari Romero, al ex Ministro de Educación, Jorge Pérez y a la Jueza Federal Cristina Garzón de Lascano. Todo el gobierno en pleno y en grata camaradería. Era el año 1995 y el genocida gozaba de absoluta impunidad y aceitados vínculos con la gobernación radical de la provincia, que le supo gastar obsecuentes cortesías.

De ahí que como resultado de su pública y estrecha amistad con el represor y otros militares procesistas, le quedó el mote de “milico” que bien ganado lo tiene.

No obstante que el pasado lo condena a perpetuidad, Aguad se presenta ante las cámaras del monopolio Clarín, impoluto, bronceado, con su habitual gesto de inquisidor medieval. Ningún periodista de los medios dominantes le puede requerir sobre su procesamiento, ni sobre su pasado, ni repreguntar y mucho menos sugerirle una autocrítica por haber sido el ministro que ordenaba la represión para imponer los salvajes ajustes durante la gobernación de Ramón Mestre en Córdoba, a pesar de que saben muy bien que era el que coordinaba las detenciones y aprietes a los militantes políticos y sindicales.

Este típico “docto” cordobés, -lo que no es un orgullo para la mayoría de sus coterráneos por cierto-, tan atildado, tan respetuoso de la Constitución, es de los que se refugian en el cálido líquido amniótico de las cofradías elitistas con prosapia que lo preservan de ensuciarse con el barro doméstico de la plebe. Por eso, no escatimaba las balas y los gases necesarios para cumplir con la extorsión de los bancos y organismos de crédito internacionales que exigían orden social para seguir haciendo negocios y usura.

Gran demócrata y republicano, cuestionador de la “falta de institucionalidad” y el respeto por la legalidad, reinsertó en su momento en la estructura policial, a represores como el “Negro” Castro, de la temible Oficina de “Informaciones” de Bell Ville que se encargaba de cazar “subversivos” -entre muchos a mí-, en los pueblos del Departamento Unión, y Yanicelli y la “pesada” de la siniestra D2 de Córdoba capital, como la mano de obra especializada que se ocupaba de la tarea represiva que “democráticamente” les ordenaba.

Aguad representa la más rancia corriente neoliberal y ultraconservadora de la Unión Cívica Radical que ha llevado al centenario partido al deshilachado lugar en que hoy se encuentra. Consecuente con su ideología, apoyó a Cleto Cobos en su cruzada sediciosa, también respaldó al ex comisario Luis Patti -que purga prisión perpetua por asesino- para que en su momento asumiera su banca como diputado. Como se verá, el “milico” no le hizo ni le hace asco a nada.

De todo esto fue primer actor este “abanderado” de la ley, los modos, las formas, el cómo, el porqué, el cuándo  y una larga lista de etcéteras. Y lo hizo como creyente que penetra en ámbito de incensario. Y uno que es proclive al vagabundeo interno y externo teniendo siempre como referente la realidad, a veces trata de expresarla recurriendo a un sutil lenguaje metafórico, para morigerarla un poco de tanto cinismo, donde una pizca de humor es la que toma a su cargo la administración de lo complejo y de lo sombrío, tanto como de lo absurdo, lo serio y lo trivial.

Hoy es vox pópuli que Aguad pertenece al Grupo Clarín -que también dispone de varios jueces- y está urgido por renovar su banca que termina en 2013 y que le permitiría continuar cuatro años más con los fueros legislativos. Como es diputado nacional desde 2005, los plazos para la prescripción de la causa de los 60 millones de dólares dejaron de correr desde entonces, quedando todavía dos años más hasta que deje de tener esos fueros para que el proceso caduque. El Superior Tribunal de Justicia de Corrientes rechazó la prescripción y ratificó su procesamiento, dejándolo al borde del juicio oral en cuanto pierda sus privilegios.

No obstante, apropiándose del pensamiento de Leonardo Favio, sobre que “el hombre tiene una hipoteca con sus semejantes”, el año pasado tuvo el berretín de presentarse como candidato a gobernador. Ahí comprobó que los cordobeses no tienen memoria de elefante. Y en las urnas se lo hicieron saber, porque ya se sabe que los corruptos pueden zafar de todo, menos del desprecio de la gente.

“Los pobres que no pueden ver fútbol de una u otra forma se las arreglan para robar cable,  porque están acostumbrados a eso”, le aseguró a TN donde está contratado con cama adentro y en línea con las declaraciones de su correligionario, el senador Ernesto Sanz cuando afirmó en ese mismo medio que, la Asignación Universal por Hijo se va por la canaleta del juego y  la droga”. . .

Los que por lo visto se fueron por alguna canaleta misteriosa son los 60 millones de verdes del municipio de la ciudad de Corrientes . . .

 

Laborde. Cba. Arg.

martes, 4 de octubre de 2011

Aborto no punible . . .


Opinión                                                                                                            DelsioEvarGamboa                                                                                               
“Los políticos pueden aplicar la pena de muerte, pero jamás autorizar el aborto” Cardenal Joseph Ratzinger, hoy Papa Benedicto XVI
 Aborto no punible . . . ¿herejía o sentido común?
Dramático caso de una joven mujer, víctima de la aberrante trata, violada y embarazada mientras estuvo en cautiverio, y hecho público por la consabida irresponsabilidad de Mauricio Macri antes de que se le practicara el aborto legal previsto en estos casos específicos, con lo que se la sirvió en bandeja a la persecuta cavernaria del fundamentalismo religioso. Un recurso de amparo presentado por una de esas asociaciones ilícitas, impidió la intervención abortiva de acuerdo al art. 86 del Código Penal, que, a resultas de la acordada de la Corte Suprema, sienta jurisprudencia para evitar la judicialización de los abortos no punibles. A partir de ahí, la desdichada mujer para completar su calvario, fue pasto de las fieras.
Pensar que estas agrupaciones se autodefinen “Pro vida”. A esta altura, ¿habrá que desconfiar  de todo lo que empiece con PRO?
Felizmente y dando una nueva muestra de su ecuanimidad, el Supremo Tribunal puso las cosas en su lugar y ordenó llevar a cabo la intervención.
Ahora bien, sabido es que en la Argentina se practican mas de 700 mil abortos clandestinos por año con un altísimo índice de muertes. No obstante, se mantiene irresuelto el crucial interrogante que es el meollo de esta verdadera problemática social: ¿Cuándo comienza la vida de un ser humano?
La Ciencia dice que la fecundación se produce al unirse el óvulo y el espermatozoide, pero sólo una semana después acontece la “nidación” del huevo -luego que casi todos los huevos mueren, pues son abortivos de  por sí-.  Sobre ese punto, el conocido genetista James Neel ha escrito: “No resisto el indicar que un embrión posee aberturas branquiales y cola. ¿Qué humano es así?. Ernest Haeckel, especialista en Embriología y Biología Evolutiva, asegura: “Primero parecemos peces, más tarde reptiles y sólo mucho más adelante, mamíferos”.
Por la genética se sabe que un embrión de 60 días, es más diferente de uno de 150, que lo que lo es un lactante de un anciano. Helen Kaplan en “El sentido del sexo” dice: “Muchos colegas creen con la misma rotundidad e integridad moral, que un óvulo fertilizado o un pequeño embrión no es todavía un ser humano, pues se trata de una masa informe de células y tejidos que carece de conciencia y no siente dolor físico cuando se interrumpe el embarazo”.
¿Por qué entonces la Iglesia asegura que se trata de “vida humana desde la misma concepción?”
El Concilio de Viena -1312- sostuvo que el alma del varón se forma a los 30 días, y el de la mujer a los 90 desde la implantación del óvulo. Hasta esos plazos se permitía abortar. Sería muy interesante saber con qué fundamentos establecieron tan discriminante postulado. En cambio, a partir 1869 la Iglesia afirma que el feto tiene alma desde su inicio y lo respalda por medio de la teología: la virgen María fue inmune de todo pecado desde la concepción, porque Jesús siempre tuvo alma . . .
No está mal que algunos fervorosos creyentes puedan aceptar esto como verdad de fe. ¿Pero se podría presentar en un tribunal académico como verdad científica?
Las imágenes publicitadas en contra del aborto apelan a “golpes bajos”: embriones destrozados y fetos martirizados. Tales imágenes no exageran: el aborto es un acto brutal, -y eso que es el método argentino por excelencia- más, lo real y concreto es que pese a ser ilegal, existe y cada día más se practica, con lo que se demuestra fehacientemente el fracaso absoluto de esa legislación represiva.
¿Pero, por qué no se muestra también cómo llega una mujer, sola y desesperada, a la asistencia pública con una devoradora infección post-aborto clandestino? El cuadro puede incluir fiebre, hemorragia, coma, pánico por la denuncia policial, embolia, sentimiento de culpa, vergüenza  y una inenarrable serie de padecimientos. 
El aborto, que hoy alcanza el 40% de los embarazos, como cualquier tragedia, es terrible, ¡Pero sucede! . . Es la primera causa de muerte en nuestra ginecología, y representa más del 31% de los decesos por maternidad. El sentido común indica entonces ya que es inevitable, que no se está a favor del aborto, sólo por una cuestión de “liberalidad sexual”, para que la mujer “por deporte” se saque de adentro un feto -no un niño, porque no tiene vida propia- como quien se saca una cana y vuelva alegremente otra vez a las andadas, sino para que se realice en indispensables condiciones sanitarias como corresponde y dentro de un marco legal. Por supuesto que ello requiere la vigencia de una verdadera política de Estado que contemple en forma integral, todos los aspectos de esta acuciante problemática.
Su despenalización a la vez,  pondría fin a una perversa actividad que ha enriquecido a más de un profesional inescrupuloso. Asimismo, aseguran los expertos, luego de una charla con el médico y un especialista en la materia dentro de un ámbito de contención, se podrían preservar muchos embarazos y la vida de la gestante. Ello propendería además, a una racional planificación familiar, y en última instancia a una mejor salud sexual. ¿Es tan herético este proyecto que ninguna purgación canónica la podría expurgar?
Al respecto, dicen los representantes de la Iglesia: “Si la ley legaliza, ¿cuántas mujeres alegarán que fueron violadas para poder abortar?”. ¡Sin comentario! . .
Y hay jueces “virtuosos”, -como el que vimos hace poco- que imponen sus creencias por encima de la ley, judicializando pedidos de aborto de mujeres violadas, basándose, -además de la presión de grupos recalcitrantes- en consideraciones de Jean Rostand -biólogo muy capaz, pero no genetista- conocido por obras de divulgación de la era pre genética fundamentadas y basadas en ortodoxos criterios de la Iglesia Católica para imponerlas a toda la sociedad por igual. Deben asumir de una buena vez que deben legislar para todos y no para los seguidores de un culto
¿Por qué la Iglesia se arroga el derecho de inmiscuirse y juzgar la vida civil? ¿Y si esas mujeres en cuestión no fueran católicas? ¿Por qué tanta gente que no le interesa ningún tipo de religión, pero que tiene firmes principios morales y convicciones filosóficas alejadas de creencias religiosas, debe acatar la obediencia legal que impone un dogma que no profesa? . . 
¿Por qué los enemigos del aborto legal, con mentalidad retrógrada como los ultra católicos “Portal de Belén”, “Mujeres por la vida” “La Sagrada Familia de Córdoba”, “Grupo Pro-vida” y tantos otros ultramontanos, patéticos campeones de la fe, y últimos ejemplares de una beatuquería en extinción, rechazan la educación sexual y los métodos anticonceptivos, viendo a la mujer únicamente como mero agente reproductor de la especie? . . ¿Cómo, si estos herederos del Santo Oficio abominan del aborto, que es la consecuencia inevitable del embarazo no querido, condenan los métodos anticonceptivos que son el único remedio efectivo para evitarlo?  
Entre las miles de mujeres que recurren al aborto en forma clandestina con riesgo de vida, -en su gran mayoría pobres- ¿no hay católicas? ¿En las clases altas y acomodadas, ostentosamente creyentes, de comunión y profusa y asperjada bendición dominical, ¿no se practican abortos ilegales? ¿O lo hacen solamente las de clase baja?
¿Por qué muchos enemigos del aborto -Ratzinger dixit- abogan en cambio por la pena de muerte?
El aborto eugenésico -interrupción del embarazo, cuando el feto presenta alteraciones cromosómicas y defectos congénitos.- aprobado en 1921 por el gobierno de Irigoyen, fue derogado 37 años más tarde por la revanchista “Revolución Libertadora”. ¿Quién propuso su anulación? ¿La Academia de Medicina y Humanidades? ¡No! . . lo decidieron entre el  Ejército y la Iglesia. ¡Qué raro ellos de acuerdo, ¿no?!
Ante esta arbitraria situación impuesta por los jerarcas del clero, ¿Por qué no existe de una buena vez, como en los países avanzados del mundo, la imprescindible y sana división entre Iglesia y Estado, para acabar de una vez con esa intromisión inaceptable?
Felizmente el actual gobierno, sobre esta cuestión tiene un criterio muy diferente y atiende el decidido clamor de una gran parte de la ciudadanía por un amplio debate nacional acerca de este impostergable tema. Por lo pronto, -entre otras medidas- puso en vigencia la ley de salud reproductiva que ha bajado considerablemente los índices de abortos. Y, como no podía ser de otra manera, ello ha erizado la muy susceptible epidermis de nuestra clerecía, ahondando aún más si cabe, la indisimulable antipatía que devotamente le profesa.
Conclusión: la planificación familiar en sus aspectos humanos y legales ya no puede tener más dilaciones. Por más presiones eclesiásticas que acechen, por más excomuniones e infiernos que nos profeticen y por más amenazas de bombas que concreten sus grupos de choque, -aunque “defiendan la vida”- es hora de que por sobre las sombras del dogmatismo, empiecen a prevalecer la luz del libre albedrío, la libertad de conciencia y el sentido común.           
Quede en claro que el análisis de su realidad teológica de misterio, sólo corresponde a los creyentes y merece el mayor respeto. No así en cambio, su comportamiento como  “realidad sociológica de pueblo concreto en un mundo concreto” según los términos de la propia Conferencia Episcopal Argentina. Y se la cuestiona por su influencia inaceptable en los asuntos de Estado. Dando plena razón a aquellos que sostienen que en nuestro país realmente existe libertad religiosa . . . ¡Pero para un solo culto! . .
Mientras, y hasta tanto no se de una respuesta definitiva -obviando las presiones que ya conocemos- a este reclamo imperioso que nos coloque en este sentido a la altura de los países civilizados del mundo -en Escandinavia se despenalizó y el aborto cayó a cero- no nos queda otra alternativa que vivir bajo la beatífica advocación de nuestros píos purpurados que tanto se desviven por mantenernos puros y castos, nos bendicen, no nos dejan caer en la tentación y por si esto fuera poco, nos libran de todo mal . . . 
Laborde. Cba. Arg.